AUTORIDAD Y POTESTAD

Carlos Soriano Cienfuegos

En el contexto del mes en que se celebra el día del magisterio, de la docencia, de la noble actividad de maestras y maestros, quisiera recordar a don Álvaro d’Ors, en especial, una de sus prelecciones pronunciada hace sesenta años, en la Universidad de Chihuahua, en que abordó el tema -recurrente en su doctrina- de la distinción entre autoridad y potestad, dicotomía que en la perspectiva del ilustre catalán trasciende la distinción entre lo intelectivo y lo volitivo, entre el saber y el querer.

En sus propias palabras “Podríamos definir la autoridad como la verdad socialmente reconocida y la potestad como la voluntad de poder socialmente reconocida. El reconocimiento social es común a ambas, pero esto no basta para confundirlas, pues son esencialmente distintas y hasta en cierto modo incompatibles”.

Para ilustrar la distinción entre la autoridad y la potestad, d’Ors recurría a la simbología de la mano: el puño, la mano cerrada, simboliza la fuerza pura, por lo que se emplea como símbolo de los movimientos revolucionarios, en los que la imposición de una fuerza irresistible aspira a ser potestad, pues inicialmente no goza del reconocimiento social. La mano abierta, presentada de palma y con los dedos extendidos hacia arriba simboliza ya la potestad, es decir, la fuerza que ha cobrado carta de naturalización en la sociedad.

En el extremo opuesto está la inteligencia de la verdad, que se presenta como saber, como ciencia, como disciplina especializada, cuyo símbolo es el de una mano con un solo dedo levantado, el índice… una posición en la que, dice el profesor de la Universidad de Navarra, la mano carece de toda fuerza física. Ese dedo índice que se levanta es el indicador de la verdad que vale por sí misma, pero que carece de todo apoyo externo en un reconocimiento social preestablecido. Cuando tal reconocimiento existe, es decir, cuando se reconoce la existencia de un órgano cuya función es expresar la verdad, entonces la vigencia de la verdad se dobla, y el dedo cordial se levanta junto con el índice: esa mano, siempre carente de fuerza, con dos dedos levantados, y no uno solo, es el símbolo de la autoridad.

Este simbolismo de la mano -continúa enseñando d’Ors- transmite la esencia de la relación entre autoridad y potestad, en tanto que la autoridad supone una renuncia a la potestad: quien quiere levantar los dos dedos en señal de autoridad debe renunciar a levantarlos todos en señal de potestad; aquellos dedos que se mantienen inertes podrían erguirse, pero con ello desaparecería la autoridad. Quien levanta todos los dedos y asume la potestad, no puede pretender que la autoridad se contenga en la potestad, pues la autoridad no es un atributo de la potestad.

De las relaciones entre ambas nociones quisiera destacar una de ellas, por cuanto estas líneas son publicadas como parte de las actividades de una naciente institución educativa, como lo es IUS: las universidades son lugar de la autoridad, son el lugar del saber, son el espacio y la institución de la sabiduría y de la ciencia, no del poder, no de la fuerza, no de la imposición; son el ámbito de la verdad y del cultivo de la mente.

Tal vez por ello las universidades se nos presenten como uno de los más preciados frutos de la creatividad humana, y tal vez valga la pena recordar que la alta cultura, el diálogo doctrinal y la academia, de donde nacen auténticas soluciones a los problemas presentados por sociedades cada vez más desafiantes y complejas, precisan de paz, de concordia y de convivencia ciudadana.

1 thought on “AUTORIDAD Y POTESTAD”

  1. Extraordinaria oportunidad que nos brindan, al conocer a traves de las elocuentes palabras del Doctor Carlos Soriano, el pensamiento de otro gran Romanista , este legado debe quedar en la mente de todos los que amamos la loable labor de la docencia y hacer de nuestras casas de estudio un santuario intelectual.
    Felicidades IUS Universidad!!

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