¿Dónde están los agresores?

Ángeles Corte Ríos

A partir del año 1999, la ONU declaró el 25 de noviembre  como el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer. En Latinoamérica esta fecha se conmemora desde el año 1981 en honor a tres hermanas  Patria, Minerva y María Teresa Miraval, mujeres dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960, por orden de Rafael Trujillo, del que eran opositoras.  

64 años han pasado desde la primera conmemoración del Día para la eliminación de la violencia contra las mujeres y, a pesar de ello, según información de la ONU, la violencia contra las mujeres es la violación a derechos humanos más generalizad y está, arraigada en la desigualdad y la discriminación de género, las relaciones de poder desiguales y las normas sociales perjudiciales. Se estima que, a nivel global, una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas ajenas a la pareja a lo largo de su vida.  El asesinato de mujeres y niñas por razones de género es la manifestación más brutal y extrema de este tipo de violencia. Los hallazgos de este informe muestran que, en 2021, cerca de 45,000 mujeres y niñas de todo el mundo fueron asesinadas por sus parejas u otros familiares. Esto significa que más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. Aunque estas cifras son alarmantemente altas, la verdadera magnitud del feminicidio puede ser mucho mayor. Necesitamos nombres de los agresores.

En  México contamos  con el órgano constitucional autónomo, INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) como la principal fuente de datos abiertos sobre este grave problema.  El INEGI dispone de la ENDIREH (Encuesta Nacional  sobre la dinámica de las relaciones en los hogares),  que es el insumo central para el diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas orientadas a prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en el país.  

De acuerdo con esta Encuesta, en su última edición del año 2021,  contamos con la siguiente información:

En el año  2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1 % han experimentado al menos un incidente de violencia, pudiendo ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación en al menos un ámbito y ejercida por cualquier persona agresora a lo largo de su vida.

La violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (51.6 %), seguida de la violencia sexual (49.7 %), la violencia física (34.7 %) y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (27.4 %). Necesitamos nombres de los agresores.

Mientras que, de octubre 2020 a octubre 2021, 42.8 % de las de mujeres de 15 años y más experimentaron algún tipo de violencia, la violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (29.4 %), seguida de la violencia sexual (23.3 %), la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (16.2 %) y la violencia física (10.2 %). Necesitamos nombres de los agresores.

Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más han experimentado mayor violencia a lo largo de su vida son: Estado de México (78.7 %), Ciudad de México (76.2 %) y Querétaro (75.2 %). Los estados con menor prevalencia son: Tamaulipas (61.7 %), Zacatecas (59.3 %) y Chiapas (48.7 %).

Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más que han experimentado más violencia de octubre 2020 a octubre 2021 son: Querétaro (49.8 %), Colima (48.2 %) y Aguascalientes (48.0 %).

Por su parte, Baja California (37.2 %), Tamaulipas (34.2 %) y Chiapas (26.9 %), son las entidades que presentan las prevalencias más bajas en ese periodo. Necesitamos nombres de los agresores.

En el ámbito laboral,  las mujeres de 15 años y más que trabajaron en el periodo de octubre de 2020 a octubre de 2021 señalaron como personas agresoras a compañeras o compañeros de trabajo (36.6 %), jefas o jefes o patrones (17.5 %) y clientas o clientes (15.4 %). El mayor porcentaje de las agresiones y/ o manifestaciones de violencia en el ámbito laboral ocurrió en las instalaciones del trabajo (79.9 %).  Ahora bien, un porcentaje importante tuvo lugar en la calle, parque o en un lugar público cerca del trabajo (12.0 %), mientras que un porcentaje menor sucedió en la calle, parque o en lugar público lejos del trabajo (3.3 %).  En el periodo de octubre de 2020 a octubre de 2021, 21.7 % de las mujeres de 15 años y más experimentó discriminación laboral. De este total, 10.8 % manifestó haber tenido menos oportunidad que un hombre para ascender, a 9.8 % le pagaron menos que a un hombre que hace el mismo trabajo o tiene el mismo puesto y a 6.3 % le han impedido o limitado en la realización de determinadas tareas o funciones por estar reservadas para los hombres. Necesitamos nombres de los agresores.

En el ámbito comunitario, la violencia contra las mujeres son los actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión. Esta violencia se suele ejercer por personas de la comunidad.  En México, de las mujeres de 15 años y más, 45.6 % (23.0 millones) manifestó haber experimentado violencia en el ámbito comunitario a lo largo de la vida y 22.4 % (11.3 millones) experimentó algún tipo de violencia en el periodo de octubre de 2020 a octubre de 2021. La violencia sexual es la de mayor prevalencia, tanto a lo largo de la vida (42.2 %) como en el periodo de octubre de 2020 a octubre de 2021 (20.2 %). Necesitamos nombres de los agresores.

En lo que corresponde al ámbito familiar, al que se le suele considerar como fuente primaria de protección y cuidado, es uno en donde las mujeres  viven graves

violaciones a sus derechos, así como vulneraciones a su integridad física, sexual y psicológica, económica o patrimonial. Este tipo de violencia tiene altos costos para la salud de las mujeres y de las niñas. Según la ENDIREH, la violencia en el ámbito familiar es todo acto abusivo de poder u omisión intencional dirigido a dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y/ o sexual a las mujeres dentro o fuera del domicilio familiar por parte de personas agresoras que tienen o han tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad con las mujeres. 

En este ámbito, la ENDIREH solo indaga sobre los hechos ocurridos entre octubre 2020 y octubre 2021; es decir, en el año previo al levantamiento de la encuesta. De las mujeres de 15 años y más (5.8 millones), 11.4 % experimentó violencia en el ámbito familiar en los últimos 12 meses (de octubre 2020 a octubre 2021), 1.1 puntos porcentuales por encima de 2016 (10.3 %). Destaca que la violencia psicológica (9.2 %) fue la de mayor prevalencia en este ámbito, seguida por la económica o patrimonial (3.1 %) y la física (3.0 %), en tanto que la violencia sexual fue la menos frecuente (1.7 %). Las principales personas agresoras identificadas fueron las más cercanas al núcleo familiar como las y los hermanos (23.2 %), padre (15.5 %) y madre (13.7 %).

A nivel subnacional, las entidades federativas con mayor prevalencia de violencia contra las mujeres en el ámbito familiar entre octubre de 2020 y octubre 2021 fueron: Guerrero (15.0 %), Ciudad de México (15.0 %) y Querétaro (14.6 %).

Por su parte, Baja California Sur (8.4 %), Tamaulipas (7.9 %) y Chiapas (6.5 %) registraron la menor prevalencia para el periodo. Con referencia a 2016, las entidades con mayor aumento en la prevalencia de la violencia en este ámbito en los 12 meses previos al levantamiento de la encuesta fueron: Guerrero (5.8 puntos porcentuales), Ciudad de México (5.3 puntos porcentuales) y Sonora (3.6 puntos porcentuales)., Necesitamos nombres de los agresores.

En lo relativo a la violencia en la relación de pareja, las mujeres pueden correr mayor riesgo de experimentar algún incidente de violencia. Además, la naturaleza del vínculo afectivo profundiza sus consecuencias.  La ENDIREH considera como parte de la violencia en el ámbito de pareja los actos abusivos de poder u omisiones intencionales que pretendan dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y/ o sexual a las mujeres. Esta violencia se suele ejercer por personas con quienes las mujeres hayan tenido una relación de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho.  En este contexto, la ENDIREH 2021 estima que aproximadamente 47.3 millones de mujeres de 15 años y más (93.7 %) tienen o han tenido una relación de pareja. De estas, 39.9 % ha experimentado algún tipo de violencia en la relación actual o última y 20.7 % experimentó violencia entre octubre 2020 y octubre 2021.

En torno a los tipos de violencia ejercida contra las mujeres por su pareja actual o última a lo largo de la relación, la violencia psicológica (35.4 %) fue la más experimentada, seguida de la violencia económica o patrimonial (19.1 %), la violencia física (16.8 %) y la violencia sexual (6.9 %). En los últimos 12 meses, 18.4 % de las mujeres vivió violencia psicológica por parte de su pareja actual o última, 8.1 % experimentó violencia económica o patrimonial; 5.2 %, violencia física y 2.1 %, violencia sexual.  Necesitamos nombres de los agresores.

En lo relativo a la violencia en la infancia de las mujeres de 15 años y más, la ENDIREH 2021 encuentra que cerca de 21.1 millones de mujeres de 15 años y más (41.8 %) experimentaron algún tipo de violencia durante su infancia. De ellas, 33.9 % experimentó violencia física, 21.6 % violencia psicológica, 12.6 % violencia sexual y 3.4 % manifestó que no recuerda.

En comparación con los resultados de la ENDIREH 2016 (38.2 %), el porcentaje de las experiencias de violencia durante la infancia fue mayor en 2021.

La violencia total durante la infancia presentó un incremento de 3.6 puntos porcentuales. Lo anterior se explica porque la violencia psicológica amentó 3.6 puntos porcentuales, la violencia sexual incrementó 3.2 puntos y la violencia física subió 1.8 puntos.

En México, aproximadamente 6.4 millones de mujeres de 15 años y más (12.6 %) vivieron situaciones de abuso sexual durante su infancia. De ellas, a 9.5 % le tocaron sus partes íntimas o le obligaron a tocar las partes íntimas de otra persona sin su consentimiento; a 4.7 % la intentaron forzar a tener relaciones sexuales; 4.0 % fue obligada a mostrar sus partes íntimas y/ o a mirar las partes íntimas de otras personas; 3.3 % fue obligada a tener relaciones sexuales bajo amenaza o usando la fuerza, a 1.4 % se le obligó a mirar escenas o actos sexuales o pornográficos (fotos, revistas, videos o películas pornográficas) y 1.1% fue obligada a realizar actos sexuales bajo amenazas o usando la fuerza.

En cuanto a las personas agresoras que abusaron sexualmente de las mujeres durante su infancia, la principal persona agresora fue un tío o tía (20.8 %), un primo o prima (17.4 %) y una persona que no era de la familia (15.8 %). En menor medida, pero no menos importante, se encuentra un desconocido (9.7 %), otro familiar (8.1 %), hermano o hermana (7.1 %), padrastro o madrastra (6.5 %), padre (5.2 %), otro (3.3 %) y madre (0.6 %).

En el periodo de octubre de 2020 a octubre de 2021, 14.6 % de las mujeres de 60 años y más experimentó violencia, este porcentaje es menor al reportado en la edición 2016 (17.3 %). El tipo de violencia más declarada fue la violencia psicológica (13.0 %), después la violencia económica (4.7 %), violencia física (1.5 %) y violencia sexual (0.5 %). Necesitamos nombres de los agresores.

En lo relativo a la violencia contra las mujeres indígenas, según estimaciones de la ENDIREH 2021, 13.6 millones de mujeres de 15 años y más hablan alguna lengua indígena y/ o se consideran indígenas (27.0 % del total). Al desagregar las características, se obtuvo que de las 3.3 millones de mujeres que hablan alguna lengua indígena (6.6 % del total), 60.5 % ha vivido violencia a lo largo de la vida. De las mujeres de 15 años y más que se consideran indígenas, 67.6 % experimentó violencia en este mismo periodo. Se observa un aumento en la prevalencia de violencia contra las mujeres que se consideran indígenas y en las que hablan una lengua indígena.

De las mujeres que hablan lengua indígena, 32.4 % experimentó violencia en el año previo al levantamiento de la encuesta (de octubre de 2020 a octubre de 2021) y lo mismo para 40.7 % de las mujeres que se consideran indígenas. En ese periodo, se observó que el porcentaje de violencia contra las mujeres de ambos grupos fue menor en 2021 en comparación con 2016. Necesitamos nombres de los agresores.

En lo relativo a la violencia obstétrica, de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea entre 2016 y 2021, 33.4 % experimentó maltrato en la atención obstétrica durante la cesárea y 29.6 % en el parto. Del mismo modo, 19.5 % de las mujeres que tuvo cesárea vivió maltrato psicológico y/ o físico y a 23.7 % se le realizó tratamiento médico no autorizado. Asimismo, de las mujeres que tuvieron un parto, 22.0 % experimentó maltrato psicológico y/ o físico y a 16.9 % se le practicó tratamiento médico sin su autorización.

Con base en el grupo de edad de las mujeres que tuvieron un parto en los últimos cinco años, se observa que aquellas que pertenecen al grupo de 15 a 24 años son las que vivieron la mayor prevalencia de maltrato en la atención obstétrica (35.5 %), seguido de las mujeres de 25 a 34 años (31.4 %) y de las de 35 años y más (25.8 %). Dicha tendencia es la misma que se observó en 2016, no obstante, los porcentajes reportados en la ENDIREH 2021 son menores a los de la edición pasada. Necesitamos nombres de los agresores.

En el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, es fundamental ser consciente de que no se trata únicamente de  números sino de mujeres, de su dignidad, de su  proyectos de vida, de todos sus derechos humanos. 

¿Qué sigue? ¿El  Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer 2024 sin que se hayan cumplido con las obligaciones del Estado para prevenir, atender, sancionar y erradicar esta violencia?¿No tener ninguna información acerca de los agresores, ni  manera de sancionarlos? ¿Ninguna acción para educar a los varones en masculinidades sin violencia?¿Sin que los agresores y aquellos hombres que viven una masculinidad violenta  se enteren que ellos son los victimarios de las mujeres y no quedarán impunes? ¿Sin que los mecanismos de justicia sigan revictimizando  a las mujeres? ¿Habrá que seguir “aguantando vara” como afirma la Presidenta del INMUJERES? ¿Qué nos toca hacer en lo personal y en lo familiar?

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